Endulzame la maquina.
Acabaron mis recuerdos,
endosaron mi atención,
Endulzaron mi cerebro,
anularon mi razón,
Apartaron mis prospectos,
alejaron al amor,
Concluyeron mis proyectos,
terminaron mi ambición
Pero…
Mi alma, mi albedrio, mi entereza y corazón;
Ni con mieles ni artificios detendrán, solo por hoy.
2 Comments:
Ese Saulo, qué tranza:
Por fin encontré tu blog (gracias a tu comentario en ikarakú).
¿Sabes tocar algún instrumento musical o algo parecido? Creo que tus textos son rolas descaradas,¿has intentado ponerles música? Tienes buena pluma y, sobretodo, buen ritmo que, dicen algunos pero no les creas del todo, es una condición básica de la poesía; incluso en tu prosa que de repente se torna poética.Si sigues por ahí (con música) superarás por mucho al Palomas.
Un placer encontrarte, aunque sea virtualmente;ojalá nos topemos luego en vivo y a todo color. En lo mientras te estaré visitando por acá o por el ikarakú.
Sale ese Saurio,cuídeseme.
Te mando un abrazo.
Fabián
sábado, noviembre 15, 2008 1:02:00 p.m.
Eseee...
Ya no te dije, pero tus rolas/experimentos sonoros están buenos, síguele por ahí; sólo hace falta que mejores un poco tu dicción y arrástres un poco menos las palabras. Nomás eso; en general están chingonas las rolas.
Casualmente me encontré un textito que me recordó lo que platicaste, búscalo, haber si te late, es
"A quien corresponda (después de ver la fotografía de un suicida" de Francisco Hernández, lo encuentras en el libro Soledad al cubo, ed. Colibrí. Echale un ojín.
Cámaras, me saludas a tu jefa por ahí.
Un abrazo.
Fabián
miércoles, noviembre 19, 2008 4:05:00 p.m.
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